Barberio deja de soñar


Esta historia es otro trabajo escolar, para la clase de redacción, lo pensaba subir pero no sabía que tenía que hacerlo… jeje… por eso es que lo subo hasta ahora. Espero que les guste


Barberio estaba bien, pese al plomazo. Bueno, sentía chistoso el pecho al respirar profundo y su rodilla era un asco, pero ya antes lo habían perforado y aún vivía para contarlo. Por ahora era libre, con eso bastaba. No lo encerrarían de nuevo, se juró en silencio, si tenía tan mala suerte y lo habían seguido hasta aquí, se metería el revólver en la boca y jalaría el gatillo. No volvería a una celda, al menos no con la tapa de los sesos puesta. Al cruzar la ventana, cayó en el interior de la vieja bodega.

I

Tiempo atrás, Barberio había sido un idealista. En el desierto, el idealismo se lleva en la sangre, o estás de un lado, o estás del otro. Barberio se había ido de pueblo en pueblo con su violín, saltando entre historias de todo tipo, rompiendo los esquemas de comportamiento. Muchos podrían haber opinado que era un chico sin moral, pero simplemente tenía otro concepto de ésta. Era el alma más buena que pudo haber existido por aquellos rumbos. Pero nadie pudo entenderlo, nadie excepto Maclovia. Ella era otra alma desolada, y totalmente compleja, disfrazada de una libre y sencilla campirana.
Barberio y Maclovia se conocieron una tarde en la cantina del pueblo, cuando ella iba a buscar a su tío. A el le pareció totalmente extraño y encantador ver a la valiente chiquilla en ese lugar. Ella no le tomó importancia y sacó a su tío a rastras del sitio. El chico la siguió sin que ella se diera cuenta, y descubrió su pequeña casa cerca del molino. Después de eso se le podía ver merodeando por aquel lugar, hasta que ella lo descubrió, y decidió darle una lección al "fisgón" ese, un día cuando salió a hacer los mandados de la casa, notó que nuevamente alguien la seguía, se detuvo, dio media vuelta y dijo: Así que me quieres conocer ¿No?- el se quedó perplejo y asintió con la cabeza.-Bien, entonces sígueme, te llevaré a mi lugar favorito-. El la siguió sin dudarlo, hasta que llegaron a un estanque totalmente sucio.- ¿Este es tu lugar favorito?- Si- ¿Pero porqué?, es horrible, y sucio. –Si, por eso me gusta, es perfecto para enseñar a los vándalos a no molestarme-. Y lo empujó al agua sucia. La chica se sorprendió totalmente al ver la carcajada con que Barberio reaccionó a su agresividad, lo que le pareció bastante interesante. Y así inició lo que sería una extraña y emocionante amistad, que rayaría en el romance, y que pocas personas entenderían.
Barberio era para Maclovia, ese amigo del que quizá estaba enamorada, con el que nunca se casaría, al menos no por esos tiempos, al que nunca le diría nada para no arruinar su amistad, y porque sabía que no tomaría nada en serio; pero al que quizá algún día besaría sin explicaciones, con el más sincero, hermoso y salvaje de los besos. También, a veces, era ese "enemigo" al que siempre quería tener cerca pero del que siempre se estaba cuidando.
Maclovia era para Barberio, esa chica que tal vez algún día, sería la madre de sus hijos, a la que dedicaría su música por siempre, pero también, era esa loca que se esmeraba por hacer su vida más difícil. Sólo ellos podían entender su relación, en la que las palabras de amor jamás se decían de manera clara, pero ellos podían entenderlas perfectamente.
Y pasaban las tardes sentados a la puerta de la casa de Maclovia, mientras él tocaba el violín para ella, y hablaban de sueños y del mundo, de las injusticias, de lo que harían cuando se fueran lejos.
Hasta que un día, Barberio descubrió lo que el tío de la chica planeaba hacer con ella. La había apostado, como si fuera un objeto, en un juego de cantina. A el realmente no le importaba Maclovia, simplemente era una sirvienta y una boca más que alimentar. Barberio no había llevado nunca una buena relación con el tío de Maclovia, pero esto era algo que definitivamente no permitiría. Corrió a donde la chica se encontraba, le contó lo que pasaba, y ella no le creyó, pensó que era otra de las bromas de su amigo, motivada por el odio que éste le tenía a su tío. El trató de convencerla hasta que ella se enfadó de verdad. Ella entró a la casa, escuchando las palabras que su amigo le decía: Estaré aquí toda la noche, esperaré por si decides creerme.
Barberio pasó la noche despierto entre los arbustos, hasta que escuchó llegar al tío de Maclovia. Éste entró en la casa, y comenzó a gritar, empacó algunas cosas de la muchacha y la jaló del brazo. Fue entonces cuando ella se dio cuenta de que Barberio decía la verdad, trató de pensar rápido, se soltó de un tirón del brazo de su tío, tomó el revolver que había dejado éste sobre la cama y salió corriendo como pudo. El la recibió y comenzaron a correr en medio de la noche. Esa fue la primera vez que Barberio sintió la enloquecedora sed de libertad.

II




El tipo, al que el tío de Maclovia la había apostado, no era un hombre demasiado poderoso, pero si peligroso. Se refugiaron en una pequeña posada, que encontraron después de un rato. Estaban asustados, pero no regresarían. La mujer de la posada, conmovida por los muchachos, decidió darles alojo por una noche. Querían ser positivos, pero sentían que ya no quedaba mucho tiempo para estar juntos, así que esa noche, ella le dio el beso que alguna vez había pensado y se despidieron en silencio, tomados de la mano.
Al amanecer, ella le entregó el revolver a Barberio, mintió diciendo que no sabía usarlo, pero en realidad, le estaba dando el último adiós, quería que el huyera y se defendiera.
Cuando escapaban, Eleazar, el hombre de la apuesta, los vio, siempre le había gustado Maclovia, así que dominado por la ira, comenzó a disparar. Dándole a Barberio en una costilla y a Maclovia justo en la cabeza. Ella murió por supuesto, Eleazar, huyó al ver que había matado a la chica. El chico tomó como pudo el cuerpo de ésta para llevarlo a un lugar más o menos digno para enterrarla, sus escasas fuerzas no le permitieron hacerlo, así que dejó el cuerpo y cortó una flor para ella, la puso sobre su pecho y se fue entre lágrimas en busca de ayuda. Se alejó, pero no llegó a ningún lugar. Creyó que moriría y deseó haberse quedado junto al cuerpo de Maclovia, sus ojos se cerraron, se quedó tendido en el suelo.
Despertó en otro lugar, con algunas vendas en el cuerpo. Cuando pudo ponerse en pie, lo llevaron a una celda fría y sucia, que sería su nuevo "hogar", todo el mundo le dio la espalda, todos lo acusaron –"¡Siempre fue un vago, un delincuente!, ¡Asesino!"-decían. No entendía porqué. Después lo supo todo, las autoridades no podían dejar impune al culpable de la muerte de la joven, así que al no encontrar a Eleazar, se inventaron otro culpable, para no despertar la furia del pueblo.

III

…¡Libre! ¡Libre! Libre! Se gritaba en la mente, mientras comenzaba a sentir dolor por la herida. Nunca había sido tan libre como ahora, o tal vez nunca había extrañado tanto la libertad. Arrancó un pedazo de su camisa, lo amarró a la herida y se quedó tirado en el piso de la polvorienta bodega hasta que aparecieron los primeros rayos de sol que le gritaban aun más fuerte que podía hacer lo que le viniera en gana. Se puso en pie como pudo, lo habría hecho de un salto si su rodilla lo hubiera permitido, pero en fin, lo importante era levantarse.
Tomó el revolver, el único recuerdo que tenía de Maclovia, lo había escondido y cuidado más que a cualquier otra cosa durante su dura estancia en la cárcel. Aun seguía preguntándose como había sido posible que nadie se diera cuenta de que lo llevaba, cuando lo recogieron aquel día en el desierto.
Si no lograba escapar, se iría con su Maclovia, y el regalo que ésta le había dado sería su medio para llegar a ella. Durante la noche había decidido lo que haría: Haría pagar a quien le había robado la vida. Antes había querido cambiar al mundo y comérselo a rebanadas. Ahora, que el mundo lo había cambiado, no le importaba que también se lo comiera de un solo bocado. Salió de la bodega, con la fija imagen de Eleazar taladrando su cabeza, y fue enloquecido en busca de su venganza.


María Guadalupe Bilbao Soto. Lic. En Comunicación e información (LCI) U.A.A. 1° Semetre

1 Response to "Barberio deja de soñar"

  1. autZima says:
    sábado, julio 23, 2011 7:32:00 p.m.

    Me ha conmovido profundamente. Gracias! Espero haya obtenido una excelente nota

    saludos